Que fue de mí.

En el natural giro del Tiempo,
donde el olvido recorre los campos yermos,
lentamente retomo el barbecho.

En este instante,
único y sagrado en el que respiro la eternidad entre gotas de nostalgia,
sueño recordar los sueños que habré soñado,
y discernir
entre lo que se perdió
y aquello que fue realizado.

Saber que fue de mí,
de aquella inocencia de niño
de aquella ternura inconsciente
de las arrugas del dolor
que se mantenían presentes.

Saber que fue de mí,
de aquella vida que viví
aquella que desapareció
cuando apenas había sido soñado.

Saber que fue de mí,
en todos los futuros tan bien imaginados
en los presentes discontinuos, pretéritos y esperanzados.
En la fatigas del alma
con despertares desalmados.

Saber que fue de mí
más allá del Tiempo
más allá de dimensiones y recuentos
más allá del despertar
más allá del sueño.

Saber que fue de mí,
más allá del silencio
más allá del punto geométrico
dónde nace el canto del viento.

Saber que fue de mí
más allá del centro
más allá del centro del propio centro
más allá del lugar donde eres desalmado
más allá del lugar donde abrazas el Perdón
y amparas al desamparado.